Conocer Rusia, El mejor lugar para descubrir

Algunos recuerdos que invitaban a Conocer Rusia

Recuerdo pasar tardes leyendo las revistas que llegaban al país y emulaban las publicaciones americanas. Sputnik

era mi preferida, una copia fiel de Reader´s Digest, con noticias que enarbolaban las grandezas del sistema socialista. Para mí, más allá de la parte ideológica, la devoraba en pocas horas, tratando de absorber todo lo que leía y entender un poco más ese gigante socialista, muy distantes de mi Cuba subdesarrollada.

Mi papá tenía una colección enorme de Sputnik, que aprovechaba para leer cuando iba en las vacaciones de verano( en cuba solo hay vacaciones de verano). Creo que eran más de 150, y en lugar de ir a jugar, prefería leerlas y soñar con Rusia y todas sus repúblicas.

La otra revista que solía leer era URSS, otra vez una copia de una revista americana: LIFE, y también retratando un estado ideal, dónde todo era perfecto.

Muy de cerca de los Rusos en Cuba

También tuve la suerte de vivir en un reparto dónde convivían 25 familias cubanas y unas 250 familias de todas las repúblicas de la antigua URSS. Con ellos pude complementar lo que veía en las revistas con la dosis de cruda realidad que llevaba implícita. Nuestros juegos diarios eran con Rusos, y entre las primeras palabras que aprendí, estaban como siempre pasa, las groserías, y la primera de todas fue  aprender a mentarle la madre al rusito( los llamábamos así de manera genérica, sin tener en cuenta si eran de cualquier otra república de las URSS).

Entre juegos y convivencias con las familias hice amigos de varios países socialistas, amigos que con los años se regresaron a sus países y les perdía el rastro y quedaron guardados en mi memoria, con la dosis de nostalgia que tienen todos los recuerdos.  Con ellos comí mi primera sopa borscht  con remolacha como ingrediente principal, le echaban crema ácida de leche que era algo raro para los cubanos, pero que a mí me encantaba. Cada uno de esos recuerdos sembraban en mi cabecita el sueño de conocer Rusia algún día.

Una familia especial

Hubo una familia, que se acercó mucho a la nuestra, tenían dos hijas. La madre se llamaba Antonia, no recuerdo el apellido y sus hijas Alona y Julia, dos rusitas con una caligrafía hermosa que rápidamente aprendieron a hablar español. Entre le truque o “bisneo”(trueque) entre mi madre y Antonia, la amistad fue creciendo y durante varios años fuimos muy cercanos. Aunque no eran rusos, si no Ucranianos de Járkov, para mí, un niño, eran solo rusos.

Y así fue como en mis planes mientras crecía se formó la idea de visitar todas las repúblicas con las que soñaba de niño. Solo he ido a Rusia, así que aún me quedan unas cuantas por visitar. Ucrania será la próxima, las repúblicas Tan… Kazajistán, Uzbekistán… pues de alguna de esas fue mi primer amor,. Un amor platónico que nunca cuajó.

Les dejo algunas fotos de mi viaje a Rusia y en otro post les cuento algunas vivencias que tuve, mezcla de la Rusia que estaba en mi memoria y la realidad de una que ha dejado atrás el pasado socialista, que muy dentro de mí era el que quería ver.